Había una vez un niño que no
sabía bailar trompo, su papá lo estaba enseñando y no pudo bailar el trompo de
color rojo, pero el niño una noche vio a alguien muy chiquito que volaba y era
un hada, pero como tenía mucho sueño se acostó. Entonces al día siguiente
encontró otro trompo de tamaño mediano y de color azul debajo de su almohada,
era un trompo mágico que podía hacer muchos trucos. Podía bailar en la cuerda,
bailaba en el piso al revés. Pero al día siguiente no lo encontró porque el
hada se lo llevó, era su trompo mágico. Y después de unos días cuando el niño
fue grande aprendió a bailar trompo y se puso muy feliz.
Colorín colorado, este cuento se
ha terminado.
1 comentarios:
Uhm, yo como que conozco ese trompo azul mágico. La verdad es que no hay nada como la sensación de aprender a bailar un trompo. Yo todavía recuerdo lo bien que me sentí cuando por fin aprendí. Me gusta mucho tu cuento porque me recuerda esas cosas. Te quedó muy fino.
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