miércoles, 27 de junio de 2012

Mi poema y juego de palabras del reto


El barquito loquito

Había un barquito de papel
lo lleve en la mañana hasta el río
la corriente se lo llevaba
y no podía nadar con él
como yo no era pez
se fue mi barquito de papel.



Poema con ol

El caracol se fue con el coliflol
y mi zapatol se llenó de sol.

La motocrol subió la montañol
y terminó en la punta de un arbol.

Solo me fui al bolo
y allí conocí el amol.

Un juego de palabras y un poema para cumplir el reto


El arpero rapador y viceversa

Rapa para arpa comprar
Compra arpa para rapar.


Los instrumentos parranderos

El arpa, el piano y la maraca
Se fueron de parranda por la pradera
No paran de parrandear
Contentos porque el prado hay que rapar
Para volver a sembrar.

domingo, 10 de junio de 2012

Mi poema reto

Tú sabes que en un día de primavera  yo no sobreviría sin ti

Tú eres mi alma gemela mi media naranja sí
Sin ti no puedo vivir otro minuto maaaás
Tú sabes cómo complacerme
Tú sabes cómo soy yo
Ven aquí mi amor te extraño con interés
No puedo aguantar otro día sin tiiiiiii
Tú eres mi amor
Sin ti mi alma está echa Pedazos
Dime que vuelves hoy
Cariño por favor
Vuelve que tú sin mí no hay contrato
Que la vida no se puede ir
Sin una persona que comparta
Tu amor
Llega ahora
Que la vida es corta
Quiero que estés a mi lado  por toda la
Eternidad
Tú sabes que en un día de primavera 
Yo no sobreviviría sin ti
Ven aquí mi amor te extraño con interés
Tú eres mi amor
Sin ti mi alma esta echa Pedazos
Dime que vuelves hoy
Que la vida no se puede ir
Sin una persona que comparta Tu amor

miércoles, 6 de junio de 2012

Palabras Compuestas


La maestra me enseñó
que hay palabras compuestas
Dos vocablos las forman
Una y otra a cuestas:

Si la lengua se traba
es un trabalenguas
Si la punta se saca
es un sacapuntas
Si el camino se corre
es un correcaminos
Si el libro se marca
es un marcalibros

Muy leales palabras
Siempre con compañeras
Quisiera armarlas todas
justo aquí en mi cabeza

Si el video se monta
es un Montevideo
Si el perro se ataja
es un atajaperros
Si el sol se airea
es un aerosol
Si la flor se colea
es una coliflor

Ya no estoy muy seguro
de entender el sistema
Porque las uno a juro
y se me vuelve un problema

Si la lengua se marca
¿es un marcalenguas?
Si el video se traba
¿es un trabavideos?
Si el camino se ataja
¿es un atajacamino?
Si el libro se airea
¿es un aerolibro?

Las palabras compuestas
son algo complicado
Mejor las dejo sueltas
Y no miro a los lados

Como dice el refrán
El refrán alterado
Es mejor estar solo
que aeroacompañado

viernes, 1 de junio de 2012

El Reto de la Semana: Trabalenguas y Otros Jueguitos

El día de ayer, la tía Ani y yo (el tío Vic) estuvimos leyendo varios trabalenguas, juegos de palabras y poemas cacofónicos para entretenernos un rato. Luego la tía Ani se dio un paseo por la biblioteca municipal de Valencia, y se encontró con dos libros fabulosos de un autor cubano, llamado David Chericián. El primero, llamado "Traba Lenguas" y el segundo, llamado "Juguetes de palabras". Lo cierto es que de tanto leer estas cosas, nos quedó como ese gustico por jugar con las palabras, y esta mañana, mientras hablaba con la tía Ani se nos ocurrió el inicio para un trabalenguas, usando las palabras "tratando", "trotando" y "rata". Luego se nos ocurrió otro juego de palabras con "tren" y "entretiene". Y por ello se nos ocurrió plantearles un nuevo reto, después de mucho tiempo sin hacer uno. La idea es sencilla: a ustedes les tocará escribir un trabalenguas o un juego de palabras o un poema cacofónico, usando las palabras que ustedes deseen, o las que ya nosotros les hemos propuesto un poco más arriba en este párrafo.

Supongo que ya ustedes saben bien lo que es un trabalenguas, porque han leído bastantes de ellos. Pero les aclaramos cómo son los juegos de palabras y los poemas cacofónicos. Los nombres sonarán más raros, pero no es tan difícil hacerlos. 

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Los juegos de palabras, como su nombre lo dicen, son pequeños escritos donde aprovechamos lo cómico que resulta mezclar una palabra con otra, o quizás escribirla mal, o dividirla en sílabas, para conseguir un pequeño poema que casi parezca un juguete hecho de palabras. Hay miles de formas de hacer juegos de palabras. Solo se trata de soltar la imaginación. No tiene por qué ser difícil de leer, como los trabalenguas, aunque sí se hace difícil leerlo, entonces será un trabalenguas y un juego de palabras al mismo tiempo. Aquí les ponemos algunos ejemplos de juegos de palabras:

Ronda de las disparejas
David Chericián

"Parejas, parejas
que no son parejas:

El como y la coma
el cuento y la cuenta
el trompo y la trompa
el medio y la media (...)"

La Bicicleta
Eduardo Polo

"La bici sigue la cleta
por una ave siempre nida
y una trom suena su peta...
¡Qué canción tan perseguida! (...)"

Don Gatuque
Eduardo Polo

"El el piso veintiduque
de un altísimo edifacio
Don Gato, que allí era duque,
disfrutaba su palacio (...)".

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Los poemas cacofónicos, son escritos donde se repite muchas veces una misma letra (f, g, j, t, p, etc.), una misma sílaba (fa, gu, ja, ma, bu, etc.) o los mismos grupos de sílabas (fa, fe, fi, fo, fu, fra, fla, fre, fle, etc.), no para que la lectura se haga difícil como en los trabalenguas, sino para que se haga repetitiva y un poco rara, aunque si se hace rara, repetitiva y además difícil de leer será un poema cacofónico y un trabalenguas a la vez. Aquí les ponemos algunos ejemplos de poemas cacofónicos:

F
David Chericián

"En la fábrica fabrican
los focos para el farol
-y una foca farolera
con voz fofa farfulló:
-Si aquí se fabrican focos
¿dónde me fabrico yo?"

Poema Cacofónico
Anónimo

"Tres raras ratas, dos ratones y un robot
enrarecieron recientemente de repente.
Un robot, dos ratones y tres ratas
de repente recientemente enrarecieron"

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Y para terminar, les dejamos los dos trabalenguas que esta mañana creamos su tía Ani y yo, para que los tengan de ejemplo:

Tratar de trotar

Es el mantra de la rata estar trotando
Trotar un rato es el trato
y es maltrato no tratar el trote
y es trotar de lo que trata el trato

Y trata la rata; está tratando
Trata tanto el trote por un rato
que va tratando al trote de trotar un tanto
hasta que deja roto la rata el contrato


El tren tres

Entre trenes
se entretienen
con el entremés
que el tren tres tiene

Tres trenes tienen
un tremendo entremés
pero ningún tren tiene
el entremés del tren tres
que entretiene entre trenes

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No queda más qué decir, sino que esperamos que se les ocurran unas ideas geniales y las publiquen por aquí cuando puedan. Recuerden que todo esto es para divertirnos, así que si se les ocurre más de una idea, pueden escribir varias cosas. 

miércoles, 16 de mayo de 2012

¿Qué hacen los libros cuando no los vemos?

Holas y olas para las ruideras y el ruidero. Aquí les dejo un videíto muy colorido y simpático que nos revela un gran secreto, algo que nunca nos imaginamos que pueda suceder. Se trata de lo que hacen los libros cuando nadie los ve. ¿Ustedes pueden imaginar qué hacen? ¿Se les ocurre qué vida viven los libros? Yo creo que salen a comer helados y no nos invitan. Bueno descubranlo ustedes.



domingo, 25 de marzo de 2012

Haciendo ruido con los acentos


Hola a todos los ruideros y amigos del ruido. Después de muchos días sin escribir por aquí, hemos regresado a lo grande, para compartir la bitácora de una aventura grandiosa que vivimos poquísimas horas atrás. Si bien hay aventureros de todas las clases (los que buscan tesoros, los que rescatan navíos, los que descubren fósiles, los que sortean peligros), esta fue una aventura muy silenciosa, pero que dejó en el ambiente y en algunas mentes un eco de ruido: el hermoso ruido de los acentos. Nos equipamos con tildes multicolores y salimos a la calle cual vaqueros del viejo oeste a practicar nuestra puntería con algunas vallas y letreros. Solo que en vez de dejarle agujeros de balas, marcamos fuertemente los acentos en aquellas palabras que, con tristeza y decaimiento, reclamaban lo que les hacía falta. Y, aunque contamos con aliados y tuvimos que hacerle frente a detractores, logramos hacer el ruido suficiente para dejar la calle un poco más entonada. Porque fueron unas cuantas las letras que dejaron de cantar una melodía átona forzada, y al fin afinaron sus cuerdas “vocales” según su espíritu (la ortografía) les dictaba.

Muy bien, sabemos que los hemos enredado un poco con estas palabras. Pero déjennos contarles un poco mejor cómo empezó esta historia.

Aunque parezca mentira, esta aventura no nació aquí en nuestro país, y nació hace ya algo de tiempo. El 23 de junio de 2009, un joven llamado Pablo Zulaica Parra, decidió que en la calle había una gran cantidad de palabras a las que les faltaban acentos como para quedarse sin hacer nada. Y por ello imprimió algunos acentos adhesivos, con un pequeño manifiesto, y tocó las puertas de negocios y locales para pedirle a sus dueños que le permitieran corregir la falta de acentos de sus letreros. Pablo no quería hacer burla del error. Pablo esperaba cambiar un poco el desinterés que en ocasiones mostramos por las palabras. Porque somos lo que escribimos y, como dice él “si escribimos bien, nos vemos mejor”. Así que desde entonces, Pablo ha contagiado a muchísimas personas, de muchos países, que desean cambiar la cara de sus ciudades, empezando por su ortografía. El movimiento que Pablo Zulaica empezara en junio del 2009, llamado “Acentos Perdidos”, ya existe en más de una docena de países, ha inspirado una obra de teatro y un libro infantil. Y como es un movimiento de libre participación (el que quiera se suma), nosotros aquí en “El ruido de la casa”, los dos tíos y los tres sobrinos, hemos decidido sumarnos y marcar con tildes la importancia que le damos a esta causa.

Es por esto que, ayer, 24 de marzo, hicimos nuestra propia versión ruidera de esta idea, y salimos a las calles de las Quintas de Naguanagua a cazar acentos perdidos. Eso sí, antes de salir, nos aseguramos de preparar unos acentos divertidos y alegres, como nosotros. Así que tomamos el modelo de tilde del proyecto, y con colores, marcadores, creyones y tizas, los rellenamos con nuestros diseños. Luego, bien equipados y con mucha energía positiva, de esa que nos llena cuando hacemos cosas buenas, salimos a la calle los 5 ruideros. Con un pequeño juego de cartas, con números del 1 al 6, se decidía la suerte de quién podía colocar su acento.

En algunos sitios no nos recibieron muy bien. Pero en otros nos dieron un gran recibimiento, y hasta se mostraron emocionados e interesados. En un principio, solo conseguíamos que nos dejaran tomar la foto con el acento colocado desde lejos. Pero ya, después de algunos intentos, conseguimos dejar huella con nuestros primeros acentos perpetuos. Fue allí donde nos dimos cuenta que se nos había olvidado traer el marcador con el que rellenaríamos la explicación del porqué las palabras corregidas llevaban acento. De modo que todos los acentos colgados quedaron con la explicación en blanco; pero igual nos hemos propuesto volver, marcador en mano, a terminar el trabajo. Porque esto de corregir acentos es cosa seria, y no se va a quedar en este único día. También olvidamos tomar algunas fotos del “antes”, con las palabras sin acento; tanta era nuestra emoción por ponerle a las letras su sombrero.

Y como toda aventura tiene sus inconvenientes, uno de los ruideros salió lastimado en plena batalla. Para volver esdrújulo a un “miercoles" colgado muy lejano en las alturas, el ruidero Antonio tuvo que escalar sobre los hombros de su Tío Víctor. Y una vez cumplido su objetivo, durante la complicada logística del bajado, su espalda tropezó con una viga del techo. Fue imposible para nosotros no pensar en aquel malévolo refrán de abuelitas que reza que “la letra entra con sangre”, aunque afortunadamente aquí no hubo de eso, y apenas quedó un breve dolor, el cual quedó opacado por el orgullo de la labor, y por un helado que compartimos al final para celebrar la jornada. Los dueños de la tienda de helados quedaron sorprendidos por las extrañas combinaciones de sabores escogidas por el grupo de ruideros. Pero, lo que no sabían ellos, es que los aventureros somos así de arriesgados.

No nos queda más que recordar esta magnífica tarde, y agradecer a los dueños de los locales comerciales que confiaron en nosotros y se atrevieron a acentuar. En el fondo (no nos cabe duda) también ellos son unos ruideros.

Para terminar, aquí les dejamos las evidencias fotográficas de esta bitácora, que no “bitacora”, porque no hay aventura grave ni llana, sin su bitácora esdrújula y su emoción aguda.

Jugando limpio, devolvemos el hiato a ALCALDÍA y acentuamos un AUTÉNTICO esdrújulo.



Dos hiatos perdidos y recuperados efímeramente por nuestras ruideras.

Un hermoso acento en la "i" para combinar con la santamaría y devolver el hiato.

Una "pastelería" donde se vende "café" agudo... bien acentuado.

Una MUEBLERÍA que se acentúa efímeramente. Luego vamos por el acento perpetuo.
Para muchos el MIÉRCOLES es un día grave. Para nosotros es esdrújulo.

Triple recuperación de acentos en un solo local. 1. CHARCUTERÍA, 2. VÍVERES, 3. CHARCUTERÍA.

Siéntase seguro. Usted está protegido de la carencia de acentos.

jueves, 9 de febrero de 2012

Escape a la Montaña


Éste fue un día en que Miguel
del paseo se escapó
miró pa´ un lado, miró pal´ otro
y calladito se esfumó

Entre matorrales y fruteros
fue subiendo la montaña
y cuando no había más sendero
enfrentó tremenda hazaña

Un oso enorme y peludo
se atrevió a buscarle pelea
como Miguel no se queda mudo
le dijo, tu aliento me marea

Así empezó el combate
entre chiquito y gradulón
ya  a punto de ser tomate
 Miguel usó la imaginación

¿Y a que no saben cómo Miguel al oso ganó?
Pues, le echó un chiste
le echó otro
y de la risa lo mató. 

miércoles, 21 de diciembre de 2011

Reseña de Cocineritos


Hola chicuelas y chicuelo, aquí comparto con ustedes mi reseña de uno de los libros que me compré aquel día que fuimos a la Feria del Libro. Espero les guste y queden con muchas ganas de conocer mi libro, el cual compartiré con ustedes con mucho cariño.

Título del Libro: Cocineritos
Nombre de la Autora: Mary Brandt
Nombre de la Ilustradora: Nieves Barreto




Reseña: Cocineritos es un colorido y gracioso libro que nos invita a compartir entre niños y adultos el arte de mezclar los alimentos para preparar deliciosos dulces. Trae muchas y variadas recetas, las cuales están dividas en dulces que no se cocinan y dulces que se cocina. Además que trae algunos consejos con los que te puedes identificar fácilmente, pues son pensados por niños. Uno de mis consejos favoritos me recuerda cuando tenía como 7 años y lo dice Tamara que tiene 10 años: “Si tu mamá está brava, no dejes que te peine” (de haberlo pensado en aquel tiempo no hubiese dejado que me peinaran, así me hubiese ido espelucada para la escuela). Y aunque no he realizado ninguna receta, estoy ansiosa de cocinar varias de ellas con ustedes ruideros. Me llama la atención preparar la Espuma de limón, Los cubitos de hielo divertidos y Los dedos de bruja, entre otras más. Presiento que este libro corre el riesgo de quedar manchado de harina, gotitas de leche, huellas de mantequilla, chocolate derretido y los demás ingredientes con los que nos pondrá a crear y jugar. En fin, es un libro para saborearlo con la mente, el corazón y el paladar. 



martes, 6 de diciembre de 2011

Mi reseña de "¡No me toques!"


Título: ¡No me toques!
Texto: Thierry Lenain.
Ilustraciones: Stéphane Poulin.

Éste libro me ha encantado por muchas razones. Primero, tiene unos dibujos geniales, muy tétricos y exagerados. De verdad hacen que la historia luzca más terrorífica, como si la estuviéramos viendo a través de los ojos de la niña que la protagoniza, que tiene una tía muy fastidiosa, que siempre quiere darle besos que a ella no le gustan. Lo siguiente es que me encanta el mensaje. El libro trata de enseñarnos que “mi cuerpo es mi cuerpo”, y nadie, absolutamente nadie, tiene derecho a darle un beso, tocar o hacerle una caricia a otra persona, si esa persona no lo desea. Muchas veces los adultos olvidan que los niños y adolescentes son personas con derechos, y creen que están obligados a recibir pellizcos de cachetes, besos pegajosos, batidas de pelo, abrazos, y muchas cosas más. Lo importante es recordar que uno como niño puede decidir y decirle a esa persona, sea quien sea, tenga la edad que tenga, parezca buena o mala, sea fea o bonita, amiga de la casa, desconocida o familia: “¡No me toques!”. Yo de niño era muy cachetón y siempre que un adulto me veía quería pellizcarme los cachetes o sobarme la barriga (porque también era gordito), y eso a mí me daba mucha rabia; pero nadie me enseñó que “mi cuerpo es mi cuerpo”. Y ahora que soy grande, me da rabia cuando me monto en un autobús que tiene todos los asientos ocupados, y se monta alguna señora con un niño pequeño, y alguno de los que está sentado, carga al niño y se lo pone en sus piernas, sin preguntarle a la mamá o al niño, como si el niño fuera un muñequito, y no pudiera decidir si lo cargan a no. Todos los niños pueden decidir quién los carga, quién los abraza, e incluso, quién los cuida. Por eso me encanta que este libro pueda enseñarle eso a muchas personas, grandes y pequeñas. Yo diría que éste es un libro que debería estar en todas las casa, o cuando menos en todos los colegios. Me encantaría que muchísimos niños lo leyeran, y así ver por la calle a un ejército de chicos decididos diciéndole a los grandes: “Mi cuerpo es mi cuerpo”.