domingo, 9 de octubre de 2011

El recuerdo multicolor


Una de las cosas que más le gustaba a Margarita de su escuela era el jardín y en especial aquel enorme árbol que cubría el patio de sombra, aire fresco y mangos. Lo que ustedes no saben es el recuerdo que este gran árbol guarda entre sus hojas. Bueno Margarita y los demás niños también guardan ese recuerdo en sus corazones. Y trata sobre un día increíble que no se ha vuelto a repetir. Como imagino que quieren saber lo que pasó ese día se los voy a contar. 

Una mañana Margarita se levantó de su cama de un salto, se cepillo los dientes, se vistió y desayunó sin quejarse de sueño o flojera. Todo ese entusiasmo venía de la competencia que habían planeado el día anterior los niños de tercer grado y los de cuarto grado. El reto era recoger los mil quinientos mangos que el árbol de la escuela soltaba por la noche ¿Se dan cuenta de que era un árbol muy grande? Ganaba el grupo que lograra recoger más mangos. La competencia se iba a hacer a la hora del recreo. 

Cuando llegó la hora del recreo el niño más grande, Luís de sexto grado, era quien controlaba el pito que anunciaba el comienzo y el fin de la competencia, mientras que los demás niños ayudarían a contar en voz alta los mangos recogidos por los grupos. Todo un mega plan, muy bien pensado como ven. 

Por un lado Margarita que era la líder del grupo de tercer grado y por el otro Rodolfo que era el líder del grupo de cuarto grado. Sonó el pito y todos comenzaron a recoger mangos como locos. Chocaban entre sí, se caían, lanzaban los mangos al cesto de recolección, saltaban, hasta hubo unos que comían mangos mientras recogían. 

Los equipos iban empatados cuando Margarita ve el último mango que de atraparlo haría ganar a su grupo. Fue rápidamente a recogerlo y cuando ya le iba a poner la mano encima una mariposa se posó sobre él, era una mariposa multicolor, hermosa y brillante. Todos los niños se quedaron por un minuto callados viendo aquella mariposa tan única y encantadora. Margarita no sabía qué hacer. Sopló a la mariposa, la tocó con mucho cuidado, le habló, le aplaudió para asustarla y nada que salía volando. Margarita era incapaz de hacerle daño a un animal, pero si no agarraba ese mango los equipos quedarían empatados y no habría ganador. Margarita pensó tomar el mango con mucho cuidado con la mariposa arriba, pero esta hermosa mariposa era un poco traviesa, se atravesaba por cada uno de los lados que Margarita intentaba agarrar el mango. Ya agotada decidió rendirse y prefirió el empate antes que hacerle daño a la mariposa, los niños terminaron aceptando y decidieron hacer una comelona de mangos. 

Cuando de pronto vieron a la mariposa multicolor alzar el vuelo mientras dejaba en el aire pétalos de flores de muchos colores que al chocar con la cabeza de los niños se convertían en globos inflados, muy juguetones y coloridos. Ese regalo de la mariposa sorprendió a los niños quienes nos tardaron en hacer una fiesta de juegos con aquellos simpáticos globos.    
Margarita desde abajo le sonrió a la mariposa y le pareció que ésta también le sonreía, muy agradecida porque ella y los niños no le hicieron daño. 

Y bueno queridos ruideros y ruideras ese es el recuerdo guardado por  el árbol, Margarita y los niños, espero que les haya gustado la historia de aquel increíble día.

1 comentarios:

Víctor Mosqueda Allegri dijo...

Hola Ani. Me gustó tu cuentico sobre historias increíbles dentro de los colegios. Para mí que esa mariposa lo que trataba era dejar un mensaje a los niños sobre que la victoria nunca será más divertida que la competencia y el juego entre amigos, y por eso no les dejó tomar el mango. Y les regaló esos globos, porque para ella, ambos grupos eran ganadores. Muy bonito mensaje.

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